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Para el hombre hay cosas imposibles, pero todas las cosas son posibles para Dios.
Dios honró la oración de Kathryn Kuhlman: No quites tu Espíritu de mi.
No soy nada cuando la carne se interpone en el camino. ¡Dios, no me moveré sin ti!”
Y el resultado de esa oración fueron personas sanadas, restauradas y salvadas.
Ella exclamaba: “Póngase de pie y acepte su sanidad. Venga adelante y cuéntenos lo que Dios ha hecho”. Y las personas pasaban a testificar, de a cientos: niños, adultos, ministros de todas las denominaciones. Mirándolos con ojos llenos de compasión, ella decía: “Usted tiene sed de Dios”, y al tocarlos, todos caían bajo el poder del Señor.
El capitán LeVrier fue curado de un cáncer terminal. La artritis deformante de Marguerite Bergeron se desvaneció. La cadera de la pequeña Lisa fue sanada y nunca más necesitó de su silla de ruedas. Verdaderamente, ¡nada es imposible para Dios!
En este libro usted experimentará el poder explosivo y la emoción de los cultos de milagros, y encontrará esperanza para la satisfacción de sus necesidades. Dios es un especialista cuando se trata de lo imposible, ¡y puede hacer cualquier cosa, menos fallar!
Dimensiones: 1.3 × 14 × 21 cm
Páginas: 192
Encuadernación: Paperback